domingo, 15 de junio de 2014

"El señor de Misantiscario", de Andrés Díaz Delgado

            Nuestro compañero Andrés Díaz Delgado acaba de publicar su primera novela, “El señor de Misantiscario”, que, como él dice en el prólogo, ha sido escrita después de seis años de trabajo, en “ratos perdidos” de “ocio laborioso”.
            Es una novela histórica, localizada en 1900, en un pueblo cerca de Burgos, donde un joven seminarista acaba de recibir un palacio en herencia, con todos sus beneficios y obligaciones. Como nuevo señor del mismo, inicia una disparatada empresa redentora de la Castilla, que se figura en ruinas y abandonada por todos, pero sus ocurrencias trastocan los planes benefactores de su padre y las expectativas de los habitantes de la casa. Es una parodia directa de la idolatría de los orígenes, tan presente en nuestro país, con la que nos remontamos a modos que nos recuerdan a los del loco insigne de Cervantes.
            Los  cruces de relaciones entre los personajes, que son muchos, así como los diálogos entre ellos, sobre todo los que mantiene Don Miguel, el administrador, adquieren gran parte del protagonismo. Los acontecimientos históricos que justifican su mentalidad jalonan oportunamente la narración y la habilidad en la reproducción del lenguaje de los clásicos es notoria, aunque sus puntualizaciones nos hayan distraído de la lectura en alguna ocasión.
            Vaya por delante nuestra enhorabuena para Andrés por el empeño tan admirable de haber construido esta novela, que parece prometer una continuación en vista de la sorpresa aparecida al final. Felicidades.
Miguel Martínez Renobales

jueves, 5 de junio de 2014

Shakespeare y los estudios de Derecho

Acaba de salir una información de interés para los que queráis estudiar Derecho. Habíamos hablado ya en clase, a cuenta de Hamlet, de la importancia de la Literatura en el mundo jurídico y aquí tenéis un buen ejemplo. Las referencias que se dan en este artículo tienen un gran interés cultural, de modo que podemos ir tomando nota.
Miguel Martínez Renobales

Otras obras de Shakespeare

La palabra “bardo” significa poeta porque, entre los antiguos celtas, era la denominación que merecían los que se dedicaban a gloriar a los demás con sus palabras. El autor que, por sus méritos, se ha merecido tal título en exclusiva ha sido Shakespeare.
            El cisne de Avon (otra denominación del bardo) es el mayor faro que ha tenido la humanidad; el autor más conocido aunque no lo hayamos leído, el más popular incluso fuera de nuestras fronteras; la fuente principal de la que siguen manando infinidad de historias para todo tipo de obras de amor, amistad, venganza, ambición, tragedias familiares, comedias de enredo, etc.; el más versionado en otras culturas, tanto para funciones de teatro magníficas, como para representaciones escolares modestas; para el cine, las novelas, los cómics,...
            Los lectores y espectadores encontramos más vitalidad en sus palabras y sus personajes que en los de cualquier otro. Fue un gran experto en todos los dominios de la vida; no hay un elemento del ser humano que no haya cosechado él con sus palabras, no hay nada nuestro sobre lo que no haya colocado la red de su incomparable riqueza léxica y gramatical; todas las tensiones que dan origen al mundo moderno están en sus obras, que son tan paganas como cristianas, tan católicas como protestantes, tan modernas como tradicionales; todos los occidentales somos herederos de sus personajes, que son crédulos y escépticos, brujas, demonios, espíritus y gnomos; ejemplos del amor más tierno y de la brutalidad más asesina, de la fidelidad más firme y de la bajeza más miserable...
            En fin..., que allá van algunos títulos suyos, a los que te interesará hincarles el diente algún día, además de a Hamlet, por supuesto.
            Cómo no hablar de Romeo y Julieta, la pareja de enamorados más célebre de todos los tiempos, que paga con su vida el aislamiento de la sociedad por amor; de Otelo “o los celos”, un drama con uno de los malvados más conseguidos de la historia, Yago, entrometido en el amor de un hombre y una mujer con ánimo de destruir sus más nobles sentimientos; de Antonio y Cleopatra, otra historia de pasión y poder, en la que ella representa el papel femenino más conseguido de todos los shakespeareanos; de Julio César, ambientada también como la anterior, en la Roma clásica, y que trata con sencillez y profundidad la nobleza y las miserias de los políticos; de Macbeth, donde los protagonistas se debaten entre los delirios de grandeza y la transgresión de los límites de la moral; o de algunas de sus comedias, en las que sentía más libre para divertir al público: por ejemplo, Dos hidalgos en Verona, a la que se refieren en un momento de la película Shakespeare in love (“¡Qué luz es luz si a Silvia ya no veo...!” ) y que trata sobre el enredo y los tejemanejes entre dos amigos enamorados de la misma mujer; Noche de Reyes, de la que también se habla al final de la misma película y que es la más grande de todas sus comedias; El mercader de Venecia, en la que dos espabiladas mujeres salvan del desastre a dos playboys italianos acorralados por un astuto judío, muy ruin y nada cómico; El sueño de una noche de verano, donde los caprichos del amor enredan a varias parejas en situaciones fantásticas y diálogos absurdos; Mucho ruido y pocas nueces, repleta de momentos cómicos, como bien se puede apreciar en la versión cinematográfica de Kennet Branagh; de Como gustéis, donde una confiada y admirable Rosalinda se lanza a cortejar al hombre sin esperar a que él tome la iniciativa...
            Hay otras más “serias”, como El rey Lear,  La tempestad, o toda la serie de dramas históricos, como Ricardo III, Enrique IV o Enrique V, entre otras, pero puedes dejarlas para más adelante, cuando te hayas envenenado con el bardo. Y, si no llegas a leerlas,  tampoco te quedarás sin novedades releyendo las anteriores. Es otra de las cosas buenas de este autor, que no se agota por más que vuelvas a lo que ya conoces. Lo explica muy bien Javier Marías: si uno se detiene a mirar mejor [en sucesivas relecturas], o a analizar frases que ha comprendido en primera instancia, se percata a menudo de que no siempre las entiende, de que resultan enigmáticas, de que contienen más de lo que dicen, o de que, además de decir lo que dicen, dejan flotando en el aire una niebla de sentidos y posibilidades, de resonancias y ecos, de ambigüedades y contradicciones; de que no se agotan ni se acaban en su propia formulación, ni por lo tanto en lo escrito”. Ya sabes, ponte en aquello de "qué te llevarías a una isla desierta" y, con arramplar con algunos de estos títulos, te habrías llevado toda una biblioteca. 
Encontrarás comentarios de todas ellas y de sus versiones cinematográficas en una dirección muy cómoda y completa, que nos viene al pelo: Shakespeare total, de Antonio Tausiet. Es un buen sitio para que vayas montando tu estantería de clásicos. Salud
Miguel Martínez Renobales

miércoles, 4 de junio de 2014

Una extraña historia sobre la tumba de Poe

Para que veas qué fuerza tiene el mito de este autor, en este enlace nos dan detalles sobre una extraña historia acerca de la tumba de Poe, que contribuye a agrandar el misterio que le rodea. 
Entre lápidas, flores y alcohol, alguien se ha montado una historia real que no desmerece en nada a las que él inventó. A ver qué te parece.
Miguel Martínez Renobales

martes, 3 de junio de 2014

Una dirección "total-total" sobre Shakespeare

Hace un par de meses, a cuenta de la conmemoración del 450 aniversario del nacimiento del bardo, salió en el diario El País este suplemento sobre Shakespeare que no tiene desperdicio. Entre otras cosas, habla de la gira de dos años que realizará por todo el mundo la compañía de teatro del Globe para representar Hamlet. Acabará en abril de 2016, coincidiendo con el cuarto centenario de su muerteAtentos.
Miguel Martínez Renobales

Más cuentos de Poe

Como hemos comentado en otra entrada de este blog, los cuentos de Edgar Allan Poe que se exigen en la Prueba de Acceso a la Universidad, de Literatura Universal, son cinco: dos de los llamados “de raciocinio o de adivinación” (El escarabajo de oro y Los crímenes de la calle Morgue) y otros tres de terror (El corazón delator, El gato negro y Ligeia). Aquí te vamos a introducir en otros títulos, elegidos entre el total de 67, para que profundices en la forma de narrar que ha influido tanto en su género.
    Por ejemplo, William Wilson, una inquietante historia sobre la presencia del doble que atormenta al protagonista (como en Ligeia, solo que con más persistencia).
   Si has disfrutado con las reflexiones y el pensamiento deductivo del Dupin de Los crímenes de la calle Morgue, tienes más en El misterio de Marie Rogêt o en La carta robadaespecialmente en este último, donde puedes identificarte mejor con el sarcasmo de Poe, que nos da “soluciones muy útiles” para la vida práctica (si es que aún no habías caído en ellas, por ingenuidad).
            Sin embargo, si lo que te ha llamado la atención ha sido la forma de mantener el suspense con la angustia del personaje que siente próxima la muerte (como con el viejo de El corazón delator), impresiona mucho El tonel de amontillado, o también El pozo y el péndulo, ambientado en un pasado legendario. En otra macabra historia, El caso del doctor Valdemartambién hay truculentas descripciones sobre el momento del último aliento.
            Y para regodearte con las preciosas historias románticas de amor y abatimiento, en las que hay mujeres bellas de por medio, no dejes de leer La caída de la casa Usher, con un ambiente fúnebre inolvidable, o Eleonora, un hermoso cuento romántico al más puro estilo de cualquier película del género. También encontrarás mezcla de belleza y muerte en El retrato oval, o en La máscara de la muerte roja, en la que introduce a la Parca más repugnante en un ambiente de lujo que fascina.
            Por último, si te gustan las aventuras en el mar, con espectaculares momentos de peligro y finales inminentes, Manuscrito hallado en una botella es un buen ejemplo, o también Un descenso al Maelström. En todo caso, una de las novelas de este tipo más impresionantes sigue siendo Las aventuras de Arturo Gordon Pym. La leerás rápido porque no es larga y engancha, engancha.
          Todos ellos, y muchos más, los puedes encontrar en esta dirección.  
Miguel Martínez Renobales