martes, 31 de mayo de 2011

"La defensa del Norte", de Óscar Herrero Casado, 2ª B (E.S.O.)

Vamos a introducir una novedad en la edición de textos. A partir de ahora, incluiremos periódicamente tareas de los alumnos, llevadas a cabo en clase. Así que abrimos la sección con un relato de Óscar, de 2ºB, relacionado con las actividades del "Año internacional de los Bosques". Miguel Ángel les propuso en clase de Lengua que construyeran una narración que comenzara con la frase obligada "Vivo en un bosque de encinas atravesado por un río de aguas cristalinas" y aquí tenéis la historia que ha presentrado él.



LA DEFENSA DEL NORTE
Vivo en un bosque de encinas atravesado por un río de aguas cristalinas− dijo Euriato.
−¿Y por qué estás aquí?− preguntó Oberto.
−Te lo contaré−dijo Euriato sentándose−. Pero es una historia muy larga:
***

``Perseguíamos a la presa con un afán incansable, por los montes cántabros corría el jabalí que nos serviría de alimento. El animal estaba cansado, se paró, nos encaró, y encolerizado intentó embestirnos. Cada vez iba más lento y dentro de poco sería el momento apropiado para acabar con su vida. Cuando el jabalí cayó, una lluvia de lanzas se precipitó sobre él, se desplomó y Lucilio, el primero en alcanzarle, le arrancó  el corazón a la bestia´´−contó Laro con tales detalles que los niños de la aldea quedaban alucinados.
−Hoy salimos a cazar otra vez ¿no?−preguntó Laro entusiasmado.
En efecto, hoy saldréis hasta el pequeño lago que hay a medio kilómetro −contestó el chaman de la aldea−. Haré que los dioses os ayuden.
Al medio día salimos de la aldea y veinte minutos después llegamos al lago. Los hombres estaban inquietos y el primero en hablar fue Auro:
−Estamos en territorio hostil, cualquiera puede atacarnos− dijo Auro con cierto temor.
−Tienes razón, les estamos agotando los recursos vitales a las personas que están aquí asentadas −dijo Asturco apoyando a Auro−. Si a nosotros nos hicieran esto también tomaríamos represalias.
−No vamos a estar aquí mucho tiempo−respondió Lucilio−. Además, no nos pueden hacer nada si no nos encuentran.
−No debemos pensar en ello, tenemos que concentrarnos en la caza− dijo Amalco mientras se introducía en el bosque.
Todos los demás hombres les seguimos y quince minutos después nos encontramos persiguiendo a un cervatillo cuando lo que vimos nos dejó paralizados.
−No es normal que nadie de ninguna aldea de por aquí queme otra aldea. Podría quemar el bosque. ¿Qué habrá pasado?− se preguntó Laro.
−Lo que ha pasado aquí  puede repetirse en nuestra aldea y en otras cercanas− explicó Auro. Pueden estar en peligro.
Nos marchamos entre gemidos y sollozos de los que todavía estaban vivos. Aceleramos el paso y llegamos en menos de diez minutos. Para nuestra sorpresa nuestra aldea también estaba destruida e incendiada.
− ¡No puede ser! −exclamó Lucilio maldiciendo a los dioses−. Es imposible que hayan llegado antes que nosotros.
−Seguro que les han matado ¡Ohh! Nuestras mujeres e hijos ¡No! Por favor ¡No!− se lamentó Auro.
−No podemos pensar en que acaba de pasar, eso solo nos hará más débiles, ¿Y si vuelven a atacar?−grité−. Busquemos bajo los escombros por si hay supervivientes.
Estuvimos buscando posibles supervivientes hasta que anocheció y llegado ese momento decidimos descansar.
−Ya ha anochecido, hay buscar un sitio donde refugiarnos −dijo Asturco−. Mañana deberíamos avisar a las otras aldeas cercanas de que estén atentos porque puede que los ataquen.
−Sé un sitio donde podemos pasar la noche no muy lejos de aquí− explicó Amalco−. Es una cueva donde solía ir a jugar de pequeño.
Cuando llegamos a ella yo fui el primero en entrar.
−Esto está muy oscuro−dije palpando la pared.
−No os preocupéis, tengo sílex y yesca−dijiste con una voz como salida de la misma roca.
***

−Y hasta aquí hemos llegado, entramos empuñando las armas por si acaso y ahora aquí estamos−dijo Euriato bostezando.
−Tenías razón, era una historia larga, pero me has convencido de que debería ayudaros avisando a las otras aldeas.
Al día siguiente partieron y consiguieron avisar a suficientes tribus como para formar una línea defensiva para frenar al invasor.
Óscar Herrero Casado, 2º B

viernes, 20 de mayo de 2011

"El Banquete", de Platón


La obra del Banquete abarca en pocas páginas siete puntos de vista acerca del Eros. Platón maneja hábilmente un estilo en el que a través del diálogo de los personajes construye varios ensayos de carácter filosófico, entre los que encontramos el amor como herramienta para llegar a la virtud, un elogio a la belleza y temas universales tan controvertidos como la homosexualidad y la pederastia.
Después de la lectura del Banquete, se puede llegar a la conclusión de que no existe una sóla forma de amor, sino que cada persona tiene un concepto propio basado en sus experiencias o creencias. Aunque este concepto pueda llegar a generalizarse recogiendo las características comunes. Debido a esto en la obra se recogen distintas opiniones acerca de lo que cada uno de los comensales considera que es el amor.
En mi opinión es un libro fácil de leer, que capta la atención del lector al tratar un tema que siempre estará de actualidad, como es el amor. Hay fragmentos o intervenciones que se hacen más pesadas, pues los personajes tienen menos don de palabra o le dan más vueltas al mismo tema para llegar a la misma conclusión que al principio habían planteado, en cambio hay otras, como la de Agatón, que ha sido mi favorita, o la de Aristófanes que resultan muy entretenidas y que además están escritas de una forma delicada y poética o cómica.
Ángela Miranda 1º Bachillerato Humanas